La electromovilidad es la cara más prometedora de las energías limpias en el transporte: trasládate con menos ruido, menos vibración y sin contaminar.
Hablar de energía renovable aplicada sobre la movilidad es hablar de vehículos eléctricos de cero emisiones -y también de vehículos híbridos que usan combustibles alternativos- para combatir el cambio climático y mejorar la calidad de vida de todas y todos. Desde luego, esto sería imposible sin ayuda de la tecnología.
De acuerdo a la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA por sus siglas en inglés) el desarrollo de la electromovilidad no solo está impulsando el transporte de baja huella de carbono, sino que además impulsa la capacidad de almacenamiento de energía eléctrica para uso doméstico e industrial.
Es decir que los vehículos eléctricos son el motor de la transición energética, como lo demuestra la siguiente gráfica:
Calculando que los vehículos eléctricos pasarán de solo dos millones de unidades en 2016 a alrededor de 200 millones hacia 2030, el auge de la electromovilidad aumentará la demanda por energía eléctrica lo que – por un lado- incentiva el desarrollo de la red eléctrica en los siguientes rubros:
- Generación de electricidad, usando poder eólico y poder solar entre otras energías limpias.
- Transmisión, usando nuevas tecnologías de turbinas eólicas y páneles fotovoltáicos.
- Distribución de la energía, con redes de amplia cobertura de norte a sur y de este a oeste.
- Consumo energético, orientado bajo criterios de eficiencia, ahorro y precios competitivos.
Desde la perspectiva del uso final de la energía eléctrica, el impulso de una electromovilidad con base en energía renovable y energías limpias se nota en:
- La capacidad de un sector energético interconectado entre la industria del transporte y los rubros de la refrigeración y la calefacción. Por ejemplo, en el sector salud y sus redes de frío para almacenar vacunas.
- La posibilidad de diversificar el sector energético dominado por combustibles fósiles hacia un panorama diverso donde también haya poder hidroeléctrico, eólico y solar.
- La introducción gradual de vehículos eléctricos para modernizar el transporte público en grandes ciudades con problemáticas relacionadas a la calidad del aire.
La clave de la energía renovable aplicada a la movilidad está en la capacidad de almacenamiento de las baterías de litio moviendo a los vehículos de cero emisiones como el metrobús eléctrico de la CDMX. Hablamos de unidades con hasta dos motores eléctricos capaces de recorrer más de 300 kilómetros con una sola carga.
Esta revolución tecnológica permite hablar de una movilidad verde donde las energías limpias transforman la manera de crear y usar la energía.